viernes, 4 de enero de 2008

Oímos pero no Escuchamos




En uno de los tantos viajes a que hago Santo Domingo, me encontré con una situación que me ayudo a entender la paciencia extra que tenemos que soportar los que tenemos un oído clásico; Sucede y viene hacer que estos autobuses de vez en cuando exhiben una película para todo el viaje Romana-Capital, pero en ocasiones no disponen de la TV. y sintonizan una emisora para la amenidad de los que vamos en el viaje, imagínense ustedes, escuchar toda la música que los dominicanos frecuentemente obcentrisamos, pero no hay problema, estamos acostumbrados a oírlo. En mi caso particular, soy aficionado de música lírica, y jamás mi mente había pensado escuchar un cantante de óperas en una guagua de transporte publico, ya que Luciano Pavarotti, Placido Domingo, José Carreras, Mario del Mónaco, Montserrat Caballet, Maria Callas, entre otros, están reservados para un circuito exclusivo no muy abundante, sin embargo, me parece que un locutor extraño se podría haber “equivocado” esta vez, mientras íbamos transitando la ruta ya mencionada, en todo el camino estábamos escuchando los cantos tradicionales y típicos de nuestro país, cuando de repente, para mi sorpresa, comienzo a escuchar la poderosa voz del “Rey de la ópera” el tenor Placido Domingo, interpretando una canción titulada Madrid, les confieso que mi emoción fue grandiosa en ese momento, parecería como si estuviera en el teatro la scala de Italia; Pero mi impresión no duro mucho, aun no había terminado de cantar la primera estrofa cuando ya el chofer estaba moviendo el dial de su radio... Que frustración!
Pero no podía esperar mas, de alguien que no supiera que en sus oídos estaba penetrando las matizaciones vocales de uno de los tenores mas grandes de todos los tiempos; Cuanta ignorancia!
Fruncí el ceño y reflexione:
Como puede alguien repudiar la voz de un hombre que puede dar cinco DO de pecho en Nessun Dorma, y peor aun, para sustituirlo por un “cantante” de merengue que desentona seis veces por canciones.
Esto es absurdo!
Mi conmoción llego a ser mas grande cuando el conductor volvió a sintonizar la emisora que originalmente estábamos escuchando, al insinuar que la pieza lírica podría haber terminado.
Pensando en esto recuerdo haber leído en un folleto de escuela sabática que producen los Adventistas del séptimo día una anécdota muy interesante: Habían tres amigos que estaban en un lugar donde se percibía de manera permanente un estruendoso ruido, uno de ellos, hablo a sus amigos diciendo que escuchaba el trinar de un grillo, que estaba cerca de un masa que soportaba la raíz de un árbol, sus amigos se burlaron y dijeron que como pretendía escuchar un grillo donde habían bocinas que apenas permitía dejarse oír a ellos mismos, pero él insistía en escuchar a un grillo, se acerco al lugar que indicaba estaba el sonido del ortóptero y al levantar una hoja mostró a sus amigos del sonido que estaba convencido escuchar, de esta manera pudo comprobar que el medio del escandaloso sonido pudo apreciar el trino de un insecto singular.
De verdad que en estos últimos tiempo he pensado mucho sobre la cantidad de interpretaciones vanas que se suele oír en nuestro ambiente, canciones que sus letras muestran la degeneración en que estamos sumergidos, con frecuencia encontramos interpretaciones que intentan seducir a sus oidores a la homosexualidad, los vicios y otros demanes degenerativos. Sugiero que seamos meticulosos al momento de seleccionar lo que debemos escuchar, porque al fin y al cabo esto nos transitará por el sendero de lo que oímos pero no escuchamos.
Le invito aque veas otro escrito con la misma afinidad…
Haz clik aqui para leer:
La Música y sus influencias (Regueton)

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